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Lo que dejó el conflicto socioambiental en celendín

5 Razones por las que cambiar de nombre a las calles en la ciudad, es una mala idea.

Publicado: 2015-07-06


1)  Reactivará, o reavivará el conflicto latente por el Proyecto Conga. Si recordamos bien cómo “terminaron” las cosas después del 03 de julio, notaremos que la ciudadanía se fraccionó entre mineros, antimineros y neutrales. Necesariamente no todos debemos estar a favor de la minería y tampoco todos en contra de ella, los puntos reflexivos todavía existen.

Los que cuestionan a uno y otro bando, representan un porcentaje invisibilizado por las dos posturas. Sin embargo desde el municipio, la democracia debería abrir el camino de la reconciliación entre ciudadanos y no atizar más la polarización. La propuesta de cambiar el nombre de la calle Pardo (calle donde además operó la oficina de Conga en la ciudad), por la del adolescente asesinado César Medina, ha resucitado nuevamente las inútiles diferencias entre paisanos. Quizá hubiera sido mejor en otro momento, se me ocurre finalizando el gobierno, haciendo puntos antes de decidirlo.


2)  Sin campaña previa, no hay éxito en la propuesta. La polémica se pudo evitar, si meses antes se le hacía notar a la población la necesidad de reivindicar a nuestros paisanos, renombrando las calles. No como una acción de último minuto, sino como un justo homenaje “planificado” con antelación. La sensibilización en la ciudadanía sobre el hecho mismo, y a boca de ciudadano de a pie, que el apellido de los Pardos no puede ser más representativo que el de un joven estudiante abatido a tiros, siendo inocente. Y ni que decir de la exposición innecesaria de sus familiares al rechazo de un sector de la población, QEPD.

3)  Trámites engorrosos y papeleo no explicado al vecindario. Lo que incomoda a los vecinos de la municipalidad, es todo el “papeleo” extra que significará a estas alturas del año realizar el cambio de denominación, más si no fue explicado ni asumido como un gasto cuya responsabilidad recaería en el gobierno local Hay predios que aún están en disputa, no titulados, en alquiler, en procesos de herencia, y otros casos. Si el municipio hubiera hecho la labor de dar seguimiento al estado actual de los predios, la propuesta no hubiera sido tan “mazamorra”.


4)  El hecho no tiene fondo. El simple hecho de bautizar, es elemental, incluso en algunas ciudades las calles no se llaman por sus nombres oficiales, sino por la cultura popular. Por ejemplo, el jirón dos de mayo, sigue mencionándose como calle El Comercio, la plaza de Sevilla es "La Feliciana". 

Lo que nos hace pensar que si la propuesta hubiera nacido de forma espontánea por la población no hubiera generado tantas incomodidades. Pongámonos a pensar, las nuevas nomenclaturas hacen referencia a la lucha por el agua, sin embargo no hay capacidad para satisfacer la demanda del agua en la propia capital de provincia, un argumento más a favor de la minería y sus famosos reservorios.

5) Emperador contradice a Emperador. Parte de la historia romana cuenta que un emperador deshacía lo que su predecesor construía, por simple capricho. Estas acciones de cambiar nombres se perciben (no digo que sean), se perciben como típicas de la clase gobernante antidemocráticas. Quién nos asegura que no ingrese otro alcalde, que regrese a la calle Pardo su nombre vigente y deseche la nueva denominación, o que le coloque el nombre que mejor se le venga en gana.


Escrito por

Franz Sánchez

Activista 2.O, ComunityManager, Voice Over, Marketero en curso intensivo y Comunicador Sin O.


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Calumnias de Opinión, punzantes, hirientes y muy dulces.