Bajo ningún punto de vista se pueden “apoyar” las “políticas” empleadas por el ejecutivo para afrontar los conflictos sociales que el propio mandatario sembró cuando candidato. Y este punto es muy importante que entienda la paupérrima clase política (de izquierda o de derecha), igual de populista y mediocre, igual de demagoga y cobarde.

Las contradicciones no son solo marca registrada por “Orollanta”, también le pertenecen a esa amplia mayoría de advenedizos politiqueros que “se suben a la ola” de las demandas sociales para emplearlas de “caballito” hasta llegar al poder. Una vez empoderados, hacen todo lo que no dijeron que harían.

“Ustedes no comen oro, ustedes no toman oro” en Cajamarca. "Acá se decidirá cuáles serán los proyectos de desarrollo de Isla. El Gobierno tendrá que dialogar, el presidente de la República tendrá que venir aquí y no mentir, porque si miente tiene que ser vacado" en Arequipa.

Y solo son frases registradas en video, que hay de las que no fueron grabadas pero se dijeron en los poblados. Qué hay de los que no son presidentes pero candidatearon con discursos “populares”, qué hay de los alcaldes que ofrecieron ser los combatientes de primera línea contras las “abusivas” multinacionales. Y una vez en funciones, arremeten en contra de su propia conciencia.

“Hubala” metió bala en Conga y en Tía María, porque no había manera de ir a dialogar con la gente que con memoria repetía de forma reverberante sus alocuciones de gasolina.

“Orollanta” solo cosecha lo que todo político cosechará cuando se convierta en aquello contra lo que dijo “luchar”.

El primer incendiario fue él, el opositor originario, el agricultor amenazado por la Southern, el campesino violentado por Yanacocha, el ciudadano “empinchado” por los estados de emergencia, el anciano compungido por ver a su pueblo militarizado. Fue él, hoy anestesiado y amnésico por la presidencia, no tiene mejor remedio que lavarse las manos y echarle la culpa a las empresas.

El estado nunca fue garante en ninguno de los dos conflictos, nunca fue mediador. En Conga, los ministros hasta tomaron el chárter de regreso a Lima junto al duende Benavides. En Arequipa, este gobierno se ensució los calzoncillos con frenada de llanta cuando Southern dijo “nos vamos del país”. La típica del que amenaza que se larga, pero no hay cuando se vaya.

Conga fue el inicio del “Zamacòn” del electorado que venció en urnas contra el modelo económico vigente, que “perdió” en la práctica pero que reclama esa victoria en lo social, poniendo de rodillas al propio gobierno.

Tía María es el batacazo final. Para este 27 y 28 de mayo, paralizarán nueve regiones confirmadas: Apurímac, Moquegua, Tacna, Puno, Cusco, Junín, Cajamarca, Ayacucho, y Arequipa.

Esto ya olió hace mucho a podrido, ojalá y sirva de ejemplo para los “politiqueros” que ofrecieron estar del lado de la sensatez y no a favor del “milagroso” crecimiento económico a punta del reviente de todos nuestros recursos, maximizando as ganancias para los capitales extranjeros.

Que esto sirva para que los alcaldes, o gobernadores regionales lo piensen mucho antes de ir en contra de sus ofrecimientos en campaña. Que los aludidos se persignen.