Elecciones en Celendín
¿Por quién debo votar?
Reflexiones finales antes del sufragio
Si eres parte del 23% de electores que deciden su voto recién en la cola de sufragio, aquí algunas conjeturas en la recta final para las próximas elecciones municipales y regionales.
En las municipales debemos considerar que la trilogía de candidatos Urquía, Taño y Cheloy parecen ser los que llegan con mejores opciones de sentarse en el sillón municipal. Quizá Taño con mejor proyección que Cheloy. Y Urquía con más posibilidades que Taño.
La razón nos remite una vez más a las probabilidades. Aún no se ha desconfigurado en Celendín el hecho de que un candidato nuevo, se la lleve en su primera presentación política. Este es el caso de Taño, que por primera vez participa en elecciones provinciales.
Su partido tampoco le ayuda mucho, ya se está hablando de que “Cajamarca siempre verde” con Absalón Vásquez a la cabeza, representa al voto minero—lo dijo el fujimorista Ramírez y aunque usted no lo crea, lo insinúa Lucho Guerrero—.
Seguramente ya veremos ir con esa convicción a quienes—con todo derecho—creen en la minería. No por nada, ya está emitiendo señal “La Beta” radio en la ciudad.
La historia también pesa, debido a que desde la aparición de Mauro en la vida política celendina, no se ha roto el eslabón consecutivo de tener frente al timón del municipio a “distritales”, políticos nacidos en el interior de la provincia. Si recordamos bien, el último alcalde celendino nacido en la capital de la provincia fue el recordado “Mishuca”. ¿Eso es malo? ¿Es bueno? No lo sé, pero como que más de lo mismo ya aburre y no convence.
¿Habrá viraje esta vez?
La carga de doble filo que arrastra Urquía es el MAS como partido (Sí el mismo que albergó a Mauro) en esta incipiente democracia de provincia se confunden las banderas. Digo de doble filo porque el “Goyismo” está más vivo que nunca. Los que celebraban su muerte anticipada con la prisión, se siguen equivocando en la lectura.
Sin querer sobredimensionar, ya Cajamarca vivió la historia de Atabalipa en el cuarto del rescate, así que tener devoción al soberano aún enjaulado es prometedor.
En el campo quieren a Goyo, él salió de allí. Y en medio de esta jungla espesa desbordante en fauna nacional, el voto antisistema se privilegia.
En la región, ¿se puede odiar a Goyo más de lo que se odia a Humala? Creo que no. El rechazo a las políticas nacionales es más fuerte que el rechazo a la región.
Urquía debería canalizar esa indignación. Debería enarbolar la bandera del resentimiento celendino, pero no solo apelar a eso. El problema está en que, ya bueno… votamos por un político que nos de la garantía de autodefensa pero ¿nada MÁS?
Hay propuestas muy buenas que son opacadas, tal vez por la fuerza con la que se repele desde el discurso a la minería.
Yo personalmente, prefiero a un candidato que ponga el freno antes que aquél, que yace arrojado en el piso esperando que el convoy de la transnacional pase por encima y lo arrolle.
Pero que no sea lo único que ofrezca un candidato.
La vez pasada emplacé a uno de ellos para que divulgue su preferencia y me dijo que “el voto es secreto”. Claro secreto es el momento del sufragio, porque se emite en una cámara personal, privada, secreta; pero esto no presupone la censura de no poder decirlo abiertamente—haciendo ejercicio de la libre opinión—no tolerar esto, sí eso sí es preocupante.
Así que tal como están las cosas. Teniendo en cuenta mi repulsión por el fujimorismo—que no premiaré jamás con un voto—y mis dudas claras en los conversos del fujimorismo en partidos supuestamente independientes—como el del torito—mi voto será antirégimen. Contra la hoja de ruta impuesta por los extremistas de derecha. Votaré en contra de la Confiep, cámara de comercio y compañía.
Votaré persiguiendo algo que se parezca un poco a los ideales inalcanzables de siempre, votaré convencido en el desarrollo alternativo, votaré con la rebeldía de elector frustrado por un Humala que se parece cada vez más a García. Votaré como yo—asqueado de la política tradicional—una vez MAS. No será un voto partidario, será un voto en contra de los mismos de siempre.