Cuando la candidatura de Humala representaba un riesgo para la ambiciosa concentración de medios (miedos) del Perú, sus redacciones apuntalaron la consigna de atacar con palos y piedras periodísticas, en un cargamontón informativo contra el olvidadizo “nacionalista”. Claro, se notó.

Cuando Villarán sobrevivió al proceso de revocación, tampoco pasaron desapercibidas tales maniobras. Y es que los “operadores” del empresariado, del corporativismo, lejos de ser los más perspicaces posibles, terminan no justificando con sesos sus cobros. Bueno, es lo que hay.

Por aquí pasa lo mismo. Parece que los “operadores”, “técnicos”, “metiches” o “balbuceadores” del corporativismo desesperan luego de “malrecetar” a las multinacionales con sus consejos.

Uno de ellos, seguramente dijo “Sería bueno que se metieran presos a esos líderes colorados de Cajamarca”. “A esos pezuñentos antimineros”. Y los demás “operadores” que no debieran ser más sabios, apoyaron las maniobras.

Luego de todo el huaico mediático que azotó a Cajamarca, celebrando la detención “preventiva” del Presidente Regional. Otra vez apareció, ese extraño hedor que se desparrama desde la pantalla de los televisores, se desborda desde las páginas de los diarios, o se escupe desde las estaciones radiofónicas. Ese aparato, miles de veces teledirigido por “operadores”.

Por culpa de los “operadores” aparecen políticos con discursos cada vez más extremistas que comparados con los de Humala (del polo rojo), harían parecer a este último de aquél entonces, un portavoz del PPC.

El discurso virará cada vez más al extremo a medida que el “tufillo” mal montado en los “miedos” de comunicación sea tan evidente como siempre.

Para una muestra, citaremos a Santillana levantando a la platea en busca de más “platea”, diciendo: “El respaldo del “Goyo” se encuentra principalmente en el campo (34.5%), dentro de los analfabetos (50.4%) y los que sólo tienen primaria (32.5%). Es decir su respaldo proviene de la ignorancia, el miedo y las fobias”.

Lo ha dicho exacto, tal cual entiende él cómo se opera. Desvirtuando los debates que debieran apelar a la inteligencia, transfigurándolos con la ridiculización para que todos ignoren. Y este señor creer que el analfabetismo es ¡ignorancia y punto! Al estilo más facho.

Cuando ignora también él (Santillana), que un hombre que puede trabajar el campo tiene un abanico de conocimientos que, no se necesitan institucionalizar por intermedio de las escuelas, institutos o universidades. Porque se entiende que es un hombre libre que puede “pensar” que entiende sobre sus razonamientos y que por tanto es un hombre culto, porque se ha cultivado, no desde las aulas, pero cultivado al fin como un hombre del campo que mira al mundo con saber y por ende con libertad. Es sabio.

El miedo, mucho miedo. Y de mantener al pueblo asustado se generan las mejores satisfacciones para los “oportunistas”. El miedo paraliza, y aquellos quieren gente paralizada. Que no pierda “tiempo” en movilizaciones porque lo dijo Súper Sam: “¡Time is Money!”.

Las fobias. Esto ya es digno de Hitchcock. Decir que el apoyo de un pueblo a tal o cual candidato proviene de las fobias. Es solamente recalcar, que por “operadores” como él, muy queridos en Canal N, los pueblos se indignan.

Más que fobia, es repudio, diría que hasta biológico, contra los miedos de comunicación, que son los verdaderos ignorantes de ese sector rural que conocen por porcentajes estadísticos pero que no entienden.

La justicia debiera condenar los ilícitos. Pero solo la historia con su látigo de hierro, condena desde la memoria hasta el olvido a quienes jamás asimilaron a su pueblo.

Ni “operadores”, ni “trolles”, ni nuevos “yanaconas” podrán entender que su intolerancia a quienes piensan distinto los hace reaccionar desesperados. Y en su desesperación y miedo “Miedazo”, se dejan ver tal cual: Fachos, nada más.